Don Quijote como maestro
Hace años en HCJB en Quito, Don Francisco Cook, un argentino que trabajaba con la emisora, hizo una serie sobre el libro Don Quijote. Hay evidencia significativa que Cervantes había tenido contacto con los reformadores protestantes Españoles, y que su libro, la primera novela de la historia, comunicaba en una forma sutil, ideas importantes de cómo debe ser la vida. Aquí encontrará algunas citas valiosas de enseñanza para no olvidar y para disfrutar.
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Don Quijote soy, y mi profesión la de andante de caballería. Son mis leyes, el deshacer entuertos, prodigar el bien y evitar el mal. Huyo de la vida regalada, de la ambición y la hipocresía, y busco para mi propia gloria la senda más angosta y difícil. ¿Es eso, de tonto y mentecato?
No puede impedirse el viento, pero hay que saber hacer molinos.
Con el sueño has de ser moderado, porque quien no madruga con el sol, no goza del día.
En las cortesías es mejor pecar por mas que por menos.
Bien predica, quien bien vive.
Encomiéndate a Dios de todo corazón, que muchas veces suele llover sus misericordias en el tiempo que están más secas las esperanzas.
Nunca o muy pocas veces se consigue una ambición sin hacer daño a terceros.
La soberbia tiene una hija y es la ingratitud.
La alabanza propia envilece.
Necio es, muy necio, el que, descubriendo un secreto a otro, le pide de manera encarecida que lo calle.
Las honestas palabras dan indicio de la honestidad del que las pronuncia o las escribe.
Los celos son señales de amor, es como la calentura en el hombre enfermo que al tenerla es señal de tener vida, pero vida enferma y mal dispuesta.
De los mayores pecados que comete el hombre la soberbia es el mayor, dicen algunos, pero el desagradecimiento es mayor, digo yo.
A mi parecer y la experiencia lo enseña, que pueden las lágrimas de una mujer ablandar una piedra. A menos que sea la muerte, para todo hay remedio.
Confía en el tiempo, que suele dar dulces salidas a muchas amargas dificultades.
Cuando entras en el corazón de un amigo, no importa el lugar que ocupes, lo importante es que nunca salgas de ahí
Al bien hacer nunca le falta recompensa.
El crédito debe darse a las obras no a las palabras.
Quien anda mucho y lee mucho, ve mucho y sabe mucho.
Aún entre los demonios hay algunos que lo son más que otros, y entre muchos hombres malos suele hallarse uno bueno.
La libertad es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierran la tierra y el mar: por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida.
El valor se halla en ese lugar intermedio entre la cobardía y la temeridad.
No hay memoria que el tiempo no acabe, ni dolor que la muerte no consuma.
Si acaso doblares la vara de la justicia, no sea con el peso de la dádiva, sino con el de la misericordia.
La sangre se hereda y la virtud se adquiere; y la virtud vale por sí sola lo que la sangre no vale.
En las desventuras comunes se reconcilian los ánimos y se estrechan las amistades.
Tanto más se escudriñan las faltas de un impreso, cuanto mayor es la fama de quien lo compuso.
No puede haber gracia donde no hay discreción.
La falsedad tiene alas y vuela, y la verdad la sigue arrastrándose, de modo que cuando las gentes se dan cuenta del engaño ya es demasiado tarde.
Más vale la pena en el rostro que la mancha en el corazón.