¿Celebramos la Navidad? ¿Si, pero…?

Viernes un pastor de mucha experiencia, me comentó su ansiedad acerca de la preparación de su sermón para Navidad. Él me dijo:«Ya han escuchado todo lo que sé y lo que pienso sobre Navidad. ¿Qué puedo decir que sea nuevo, verdad e inspirador? No siento que tengo algo más para decir, que ellos no han escuchado.»

Otro amigo, un anciano de muchos años, siempre protesta cada año que «Navidad es completamente pagana y que ningún Cristiano debería participar en tal celebración.» Hace poco me entregó un escrito «documentando»  el origen pagano de todas las prácticas navideñas.  Con su esposa han peleado todos los años por el tema. Ella quiere decorar la casa y celebrar con la familia, y él siempre lo ha prohibido.

 

Siempre ha habido posiciones radicales en relación a estas prácticas.

En 1951 un pastor quemó una efigie de Santa Claus frente a su iglesia en Dijon.

En holanda, por años en la cuidad de Rennes, un pastor colgaba a Santa del cuello porque era «un demonio».

En 1647, cuando los puritanos tenían control del parlamento inglés, prohibieron la celebración de Navidad completamente.

No solo han sido los cristianos los que han tenido problemas con celebrar Navidad. En Rusia, Lenin dio la orden a la policía secreta que matara a cualquiera que no se presentara a trabajar el 25 de diciembre.

En Francia, los revolucionarios trataron de prohibirla, sin éxito. 

Un psiquiatra en los Estados Unidos escribiendo sobre «Papa Noel», afirmó que «si no se destruye» este mito puede hacer un gran daño mental permanente en los niños.

Un sacerdote anglicano, George Herbert,  en su libro que escribió en 1652 para pastores rurales dijo lo siguiente: “El pastor de la iglesia rural debe ser un amante de las viejas costumbres si son buenas ... porque la gente del campo es muy adicta a ellas”. En otras palabras si una vieja costumbre es buena, el pastor sabio la va a amar, aceptar y no pelear contra estas costumbres.

 

¿Es la celebración de Navidad una buena costumbre?

 No hay duda que los no cristianos y muchos cristianos han pervertido completamente la celebración de Navidad. En cierta ocasión el autor, CS Lewis argumentó que realmente hay tres expresiones de «Navidad».

La primera es el concepto espiritual «religioso», el reconocer que Dios mandó a Su hijo para nacer entre nosotros, lo cual celebramos con gozo.

La segunda, la Navidad para la mayoría, es la fiesta de alegría, donde estamos en familia, hacemos regalos, donde hay celebración y para muchos, el trago y el desenfreno.

Y la tercera, es el negocio, la motivación económica, donde el mundo de negocios se enloquece por ganar dinero.  En el afán de ganar mucho dinero motiva la «necesidad» de comprar muchos regalos, hacer fiestas, viajar, todo como medio de enriquecerse.

Esta ultima, la tercera, Lewis miraba con desprecio y odio. Sin embargo para muchos cristianos la segunda y la tercera expresión de «navidad» son las que mueven sus corazones.

Spurgeon dijo: Los antiguos puritanos hacían ostentación de trabajo el día de Navidad, sólo para mostrar que protestaban contra la observancia de ese día. Pero nosotros creemos que protestaban tan radicalmente, que deseamos, como descendientes suyos, aprovechar el bien accidentalmente conferido por ese día, y dejar que los supersticiosos sigan con sus supersticiones.

 Analicemos los hechos:

1.     Jesús no nació el 25 de diciembre, es una fecha sin base histórica, ni bíblica. El relato de que había pastores en el campo con sus ovejas (Lucas 2:8-20) significaba que no ocurrió en el inverno. En Israel en pleno invierno las ovejas y pastores no quedaban en el campo. También el imperio Romano no hacía censos en el invierno, por la dificultad de viajar, etc..

2.     Jesús Sí, nació, y es uno de los eventos mas espectaculares e importantes de la historia. En que fecha, no sabemos.

3.    Dios celebró en forma espectacular el nacimiento de Jesús. ¿En qué otro momento de la historia bíblica encontramos «una multitud de huestes celestiales» alabando a Dios en presencia de humanos? Aunque hay debate sobre las fechas de llegada de los magos, lo que es cierto es que Dios mandó una estrella para conducirlos al lugar del nacimiento.

4.    Es claro que esta salvación es tanto para los pobres, como también para todos los de buena voluntad. Ojo, es un hecho que el coro celestial apareció a un grupo de pastores de ovejas, que eran muy despreciados en Israel, para invitarles a contemplar al «niño». Llegaron a donde estaba el bebé y no llevaron ningún regalo, solo a ellos mismos, y salieron regocijados, contando la celestial maravilla a otros. Todos en nuestro continente pobres o ricos, tal como estemos y seamos, somos llamados a acercarnos a Jesús para encontrar la salvación.

5.     Los magos, llegaron con su oro, incienso y mirra, expresiones de quién eran ellos, e ilustra desde el comienzo que aunque para el rico puede ser difícil salvarse, pero para Dios todo es posible (Mat. 19:24,26). Dios les había guiado milagrosamente desde una gran distancia para encontrarse con el Salvador. Ellos también adoraron y salieron gozosos del lugar.

6.    Aunque los pastores y los magos llegaron por separado, cada grupo fue guiado por Dios al encuentro con el bebé que era el Salvador. Tenemos que entender que el Dios que invitó a los mas pobres como también a los magos, es el mismo Dios que desea anunciar la salvación de Su Hijo a todos hoy, sin distinción de clases, al pobre, al rico, al sabio, al estudiado, al iletrado, al hombre, a la mujer, al moreno, al negro, al blanco, etc. La invitación es para todos, para poder encontrarnos con el Salvador, y a través de El ser hechos hijos de Dios. ¡Aleluya!

7.     Donde el pobre y el rico, el estimado y el despreciado  podrían encontrarse cómo iguales únicamente era frente al «niño». Solo en Él se pueden unir las diferencias que hay en las personas y sus realidades, porque Él es el magnifico y eficaz Salvador y Señor.

8.     Tuve el privilegio de visitar en el norte de Argentina las impresionantes cataratas de Iguazú. Al observar un promedio de 1,756 m3 por segundo de agua caer hasta 80 metros de altura, todos quedamos en silencio absoluto por minutos contemplando algo tan impresionante y magnificente. Para entender mejor esta maravilla, esto es igual a 5,017 camiones cisterna vaciando su agua en un solo minuto. Muchos de nosotros éramos de Argentina, otros de Europa, Japón o Brasil, pero todos quedamos en silencio. Ricos, pobres, ancianos, niños, profesionales y obreros, todos  frente a algo tan grande, tan impresionante, ninguno de nosotros teníamos algo significativo que llamaba la atención o hacia una diferencia. Nadie estaba mirando el lindo vestido, la niña bonita, los zapatos de marca, porque no podíamos sacar nuestros ojos de la constante y cambiante belleza del agua cascadeando con los arco iris producidos por el sol y el vapor que subía del fondo en medio del ruido estremecedor del agua.  Así estamos frente a la encarnación de Jesús cuando Dios nos ha permitido entender.

 

 El contemplar, el meditar en la grandeza de lo que significa la encarnación lo lleva a uno a unirse al coro de ángeles y decir con ellos «¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, y buena voluntad para con los hombres.» y nos lleva como a los pastores a glorificar y alabar a Dios, contándolo a los que aun no han tenido la revelación.

 

¿Qué es lo que entonces podemos o debemos hacer?

(Son mis opiniones personales).

1.     Debemos celebrar lo que Dios celebró, y gozarnos en Su plan tan maravilloso y perfecto.

2.     Debemos recordar que la carne, el mundo y el enemigo, siempre han tratado de pervertir lo bueno y excelente. Pero no por eso desechamos lo excelente. Cuando tenemos nuestro propio bebé, no tiramos al bebé con todo y el pañal sucio. Limpiamos al bebé, tiramos lo sucio y nos gozamos en la creación de Dios.

3.    Necesitamos que por lo menos una vez al año, y sugiero que debe ser meditado muchas veces en el año, el gran amor de Dios en enviar a Su hijo a nacer entre nosotros. Y además el gran amor de Jesucristo en dejar la gloria del cielo para vaciarse y nacer en medio de la obscura realidad humana. Personalmente me hace mucho bien contemplar este hecho y meditar sobre Filipenses 2:1-11. Las implicaciones de este evento son tan grandes, que siempre me deja con profunda gratitud.

4.    Los Muppets de Walt Disney, filósofos mundanos,  desafían a los tacaños y a nosotros diciendo: “Diciembre es el verano del alma… hagamos que dure todo el año”. ¿No sería lindo observar a todos nosotros los Cristianos mostrando gratitud a Dios todo el año por Su gran regalo, y expresando nuestra gratitud en generosidad hacia otros tanto en palabras como en hechos?

5.     Seguir el ejemplo y la actitud de Jesús de despojarnos de lo que nos impide ser siervos de otros con toda humildad y con sinceridad valorizar a otros como superiores a nosotros mismos, reconociéndolos como personas que Dios ha valorizado suficiente para mandar a  Su hijo para salvarlos.

Y sobre todo, es una gran oportunidad de imitar a Dios. Él anunció con gozo a pobres y ricos que un Salvador había nacido, y les invitó a acercarse a Su Hijo. ¡Hagamos igual!

Feliz Navidad, Randall Wittig

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